Bailarín y futbolista de raíces mexicanas, es un orgullo latino

Su dedicación lo ha llevado a figurar en el baile y el deporte y ser aceptado en varias universidades

Por: Araceli Martínez Ortega Actualizado 26 Mar 2017, 6:36 am EDT

Tomás Quiroz comenzó a estudiar ballet casi al mismo tiempo que empezó a darle patadas a la pelota. Hoy es una de las jóvenes promesas hispanas de Los Ángeles en ballet, fútbol soccer y americano.

“En la casa teníamos un brincolin, y cuando poníamos música, Tomás brincaba al ritmo de la música”, dice su padre Tony Quiroz.

Le fascinaba tanto bailar que decidieron inscribirlo en la escuela de ballet a los dos años. “Yo hacía un poco de baile cuando estaba joven así que no tuve ninguna duda”, explica.

Cuenta que al pequeño le gustaron mucho las clases. “A todos los niños les gusta bailar. Pero llega un momento en que la sociedad les hace sentir pena por bailar y expresarse con su cuerpo al ritmo de la música”, observa.

Tomas Quiroz ensaya en la Academia de Ballet Clásico en Altadena para su actuación en el concierto de primavera. (Photo Aurelia Ventura/La Opinion)

Dice que en cambio, ellos en su casa, fomentaron un ambiente en el que Tomás, hijo único, se sintiera bien al bailar. “Toda la familia lo apoyó. Tenemos vídeos de cuando tenía tres o cuatro años bailando”, explica.

Lo más interesante, dice su padre, es que en la adolescencia, ha seguido con el ballet. “Le gusta toda la atención y los beneficios que recibe. El baile lo hace único y diferente a los demás”, señala.

Tony Quiroz tiene 16 años de edad. Asiste a la St Francis High School en el penúltimo año. Sus abuelos paternos son mexicanos pero se identifica como mexicano y habla muy bien español.

Este año, recibió una beca para los cursos de verano en las mejores escuelas de ballet del país como la American Repertory Ballet de Princeton, la Academia Gelsey Kirkland de Nueva York y la escuela de danza Rock de Filadelfia. Tomás escogió esta última. 

Tomas Quiroz disfruta mucho bailar ballet desde niño. (Photo Aurelia Ventura/La Opinion)

Feliz por hacer lo que le gusta

Tomás Quiroz dice que le encanta bailar desde chiquito. “Cualquier problema que pudiera tener, desaparece al comenzar a bailar.  Se quedan en la puerta de entrada del estudio”, expone el jovencito.

Pero no es mucho trabajo para un adolescente, la escuela, el baile y el futbol. “Uso mi tiempo muy bien. Acabo primero mis tareas de la escuela y luego todo lo demás”, detalla.

Y no le hace bullying sus compañeros de escuela. “Si me dicen algo,  yo les digo, vete, déjeme en paz. Yo ya estoy grande, y las burlas no van a hacer que deje, lo que yo quiero hacer”, comenta.

Agrega que muchos piensan que el ballet no es para hombres pero están equivocados, asegura, porque tienen que tener mucha fuerza para ejecutarlo. “No saben lo que se tiene que trabajar y el esfuerzo que se requiere. Yo me siento muy orgullo de poder expresar lo que soy como persona, a través de baile”, indica.

El fútbol otra de sus pasiones

Tomás Quiroz comenzó a jugar fútbol soccer a los cuatro años y fútbol americano a los 13 años. Actualmente juega en los equipos de futbol soccer y americano de su secundaria. Es uno de los dos pateadores del Junior Varsity de su escuela. Patea a una distancia de 40 a 45 yardas.

“Si hay relación entre el ballet y el soccer porque es como si bailaras suavemente con la pelota”, explica el muchacho.

Su progenitor completa que por fortuna, su hijo ha logrado hacer muy bien el balance entre el soccer y el baile. “Al final el baile es un deporte. Y el ballet y el soccer se hace con los pies y mucha precisión”, observa. “Además la flexibilidad que le da el ballet le ha ayudado a no lastimarse en el fútbol”, expone.

Mientras que al ballet le dedica entre 15 y 16 horas a la semana, entrena con un club de soccer dos veces a la semana, y el futbol americano lo practica en la escuela y tiene un entrenador privado para la patada.

Tomás dice que se imagina a los 30 años jugando fútbol americano profesionalmente y como bailarín visitante de una compañía profesional. También dice que le gustaría estudiar economía y finanzas. Pero también los ataques contra los latinos, le han hecho despertar el deseo de participar un día en la política. “El quiere ayudar a su comunidad”, anota su padre.

Tomás Quiroz ensaya bajo las órdenes de su maestra Crystal Peterson rehearse en la Academia de Ballet Clásico en Altadena. (Photo Aurelia Ventura/La Opinion)

Ballet o no para los niños

Tony Quiroz dice que el ballet es muy bueno para los hijos varones. “Yo les diría que no se preocupen porque les vayan a hacer burlas o señalamientos. Bailar ballet  es una expresión artística que les abre el mundo y les da la oportunidad de poder ir a muchas escuelas que nunca imaginaron”, observa.

Y si les preocupa que vayan a decir que sus hijos soy gays, le diré que hay tantos bailarines que son gays como bailarines que son varones.

También buen estudiante

Aquel popular dicho que dice no hay buen deportista que sea buen estudiante, no le viene bien a Tomás. Actualmente figura en los diez mejores de su clase, y es uno de dos de los estudiantes de penúltimo grado que toma tres clases para avanzados. Además en su primer semestre obtuvo un promedio escolar de 4.43.

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Tomás Quiroz hace de la fusión entre el futbol y el ballet su más grande pasión

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Tomas Quiroz kicks, does ballet, sings, plays guitar and is St. Francis’ most interesting kid